Este, desde luego, fue un triste adios.
Cuando los lugares están tan intensamente impregnados de tantos momentos felices y emotivos no cabe duda que ese lugar es especial para uno. Pues este fue uno de ellos. Vera y Siena hicieron de Montecarmelo un lugar espléndido pata vivir, ellas todo lo inundan con su carisma y su belleza y dejaron cada rincón de está casa abarrotado de sus sonrisas, su ingenio, su gracia, su chispa, su humor, su encanto, su simpatía y como no de sus llantos, berrinches y tristezas. Aún oimos, en nuestros recuerdos, el eco de sus sonrisas, de sus gorgoreos, sus primeras palabras, sus cantos, sus pasos, correteos y zapateos. Pudimos dejar esta casa porque nos llevamos su alma: Vera y Siena.
Madrid, madrugada del miércoles 18, Marzo 2009
Wednesday, September 30, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
mamaaa!!! me vas a hacer llorarrr!!!
jajajaja
Post a Comment